Contexto y necesidades regulatorias en las plataformas digitales de trabajo

Este mes se divulgaron los Uber Files, un compendio de archivos que brindan evidencia sobre los manejos realizados por Uber para ganar poder de mercado. Estas conductas incluyeron diversas estrategias destinadas a eliminar competencia, cooptar mercado y asumir la menor responsabilidad posible con los conductores que operan en la misma. 

Como consecuencia de la falta de regulación, las plataformas como Uber invirtieron en perfeccionar sus estrategias de marketing y gestión algorítmica para ganar poder de mercado. Esto generó una asimetría con respecto a sus conductores, considerados trabajadores independientes.

Uber fue evaluada por la iniciativa Fair.Work en múltiples países con respecto a sus prácticas laborales. En todos los casos los resultados fueron bajos debido a la falta de evidencia para comprobar que los conductores trabajan en condiciones justas. En Argentina, la iniciativa publicó un reporte en mayo evaluando, entre otras, a la plataforma y obtuvo 0 puntos.

El debate sobre el trabajo en plataformas suele centrarse en la dicotomía entre el trabajo autónomo o dependiente. Sin embargo, el desafío consiste en generar regulaciones que permitan adaptarse a las distintas realidades de los trabajadores de plataformas.

Esto implica regular las prácticas regidas por algoritmos que redundan en decisiones unilaterales de las empresas tales como su tarifa y los pedidos o trayectos que les son asignados. 

Actualmente en Argentina hay 5 proyectos legislativos para regular las plataformas digitales. Al respecto, cabe señalar que existe un proyecto adicional elaborado por el Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social (MTEySS), el cual no ha sido presentado en el recinto parlamentario. 

El principal debate que cruza estas propuestas se relaciona con la regulación laboral de las plataformas, principalmente de la actividad de reparto, y el consecuente binomio autonomía-dependencia de los trabajadores con las aplicaciones. 

En el plano internacional, España es el primer país de la Unión Europea que tomó posición al respecto sancionando en mayo del 2021 una ley para los trabajos de plataformas de reparto.

La normativa, conocida mundialmente como “Ley Rider”, explicita que “las condiciones de trabajo de las personas trabajadoras son perfectamente compatibles con la finalidad del derecho del trabajo” y es la primera iniciativa que promueve la transparencia en la gestión administrada por algoritmos.  

Asimismo, en septiembre se implementará en Chile un marco normativo aplicado al trabajo de plataformas, cuya premisa principal es la de garantizar el salario mínimo y Ecuador protagonizará pronto un debate en la temática.

De acuerdo con el análisis del vínculo jurídico plataforma- trabajador, se reconocen en su mayoría los indicadores de dependencia económica, técnica y jurídica propios de la relación laboral dependiente.   

Para reforzar esto se realizó en Argentina la Encuesta de Trabajadores de Plataformas 2021 (ETP-2021) de CIPPEC. Sus principales hallazgos resaltan que las condiciones de trabajo son cada vez más desfavorables: 84,3% de los trabajadores de reparto y transporte dependen del ingreso generado en la actividad de plataforma y su dedicación horaria promedio ya ronda las 47 horas semanales. 

La flexibilidad con la que se ha caracterizado a estos trabajos y la posibilidad de elegir los días y horarios de trabajo, son indicadores que apartan la figura de la dependencia en su concepto tradicional.

Sin embargo, esto no es absoluto: muchos trabajadores de plataforma trabajan en condiciones de sobreocupación y la libre elección de tomar trabajos se encuentra limitada por posibles sanciones o represalias por parte de la empresa.   

Es sólo una cuestión de tiempo antes de que la economía de plataformas y su problemática laboral se discuta en todos los ámbitos legislativos a nivel global.

Para lograr una economía de plataformas más justa resulta fundamental impedir las prácticas abusivas como las denunciadas en Uber Files. Esto permitirá una economía de plataformas más equitativa, donde las plataformas crezcan, retroalimentándose con diversos sectores de la economía y al mismo tiempo generen trabajo decente.

Por Pía Garavaglia. Publicado originalmente para BAE Negocios

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