Presiones devaluatorias y la regulación política

En tándem con el Ministerio de Economía y el de Desarrollo Productivo, el Banco Central anunció un nuevo torniquete a las importaciones mediante la Comunicación «A» 7532, que restringió el acceso a divisas para bienes suntuarios como automóviles de lujo y aviones, al tiempo que amplió el acceso a divisas para las pequeñas y medianas empresas hasta el 115% del valor importado en 2021, desde un límite de 105% dispuesto previamente y hasta un máximo de USD1 millón.

Además, se extendió el sistema de financiación de importaciones al que se utiliza para las compras con licencias no automáticas. Estas últimas podrán acceder al mercado a partir de 180 días del despacho a plaza. En tanto que las que comprenden a licencias automáticas de importación mantendrán el acceso al mercado de cambios por el equivalente al promedio mensual de importaciones de 2021 más el 5% o de 2020 más el 70%. Otras medidas puntuales abarcaron al universo de las importaciones de servicios y de bienes de capital.

El presidente del Banco Central señaló que confía en que estas medidas permitan generar un ahorro de alrededor de USD1.000 millones por mes, lo cual llevaría a las importaciones a la zona mensual de los USD6.500 millones. Mientras, en declaraciones radiales, el ministro de Economía, Martín Guzmán, justificó la medida: «Siempre que hay controles de cambio hay brecha cambiaria. Cuando hay brecha cambiaria es muy importante la administración del comercio exterior», para luego reconocer que fueron las importaciones energéticas las que presentaron un crecimiento acelerado (del 205% interanual promedio) en los primeros cinco meses del año.

A pesar de que las exportaciones se mantuvieron en niveles récord (USD8.300 millones, en promedio, en mayo y abril, que redundarán en un total cercano a USD90.000 en el año), las importaciones se aceleraron: marcaron un récord en mayo con USD 7.800 millones y en junio rozarían los USD 9.000 millones. En mayo las exportaciones crecieron 20,7% interanual, mientras que las importaciones lo hicieron un 53% interanual, con las compras de combustibles escalando un 227% interanual: USD 1.111 millones más que un año atrás (un aumento explicado, principalmente, por los precios internacionales, que subieron 115,5% interanual, y las cantidades, que treparon 51,3% interanual).

La demanda de divisas para fletes o turismo no entró en la batería de nuevas regulaciones pese a que también presionan las reservas. Desde hace meses, el Indec viene detallando la evolución del costo del transporte internacional en su informe sobre comercio, que viene aumentando desde fines de 2020: el valor unitario del flete internacional fue de USD113 por tonelada en mayo de este año (un 55,2% superior al de igual período de 2021 y prácticamente el doble respecto de mayo de 2020, cuando valía USD 57,7 por tonelada). En tanto, el déficit por turismo (que incluye otros pagos con tarjeta de crédito como las compras por courier) acumuló a mayo de 2022 un monto de USD 2.400 millones, equivalente al total anual de los dos años anteriores.

La compra de divisas para cancelar deuda externa contraída por las grandes empresas, un tercer factor relevante para las reservas, fue restringida en diciembre de 2021, pero acumula en el año salidas por USD2.700 millones (similares a las del año anterior).

Intentamos brindar aquí una descripción suscinta de cuáles son las presiones que enfrenta, nuevamente, el mercado cambiario argentino.

Las regulaciones adicionales eran necesarias porque cada dólar cuenta máxime en momentos de estrés financiero como el que atraviesa el país por tercera semana consecutiva. En dos días (entre lunes y martes) el dólar blue aumentó $13, llegando a USD 239, y los dólares financieros subieron $10 si se compara su cotización con la semana pasada: el CCL llegó a picos de USD255 y el dólar MEP se ofrecía a USD249 en la jornada del martes.

Pero hay guarismos entre los fundamentals macroeconómicos y la tensiones de mercado, por eso tanto Miguel Ángel Pesce como el ministro de Desarrollo Productivo denunciaron las presiones devaluatorias que se están intentando contener.

La llegada de USD4.000 millones bajo la forma de segundo desembolso del FMI fue una buena noticia, si bien son dólares comprometidos para cancelar los vencimientos de aquí a septiembre. Por otro lado, y tal como adelantó el organismo, es probable que se revisen las metas del segundo trimestre, dado el contexto anormal que impuso la guerra sobre la acumulación de reservas y también sobre las cuentas públicas.

Esas noticias, las nuevas regulaciones y la renovación de los vencimientos de la deuda en pesos que consiguió la Secretaría de Finanzas la semana pasada deberían ayudar a atenuar las presiones financieras en los días siguientes.

Por Mara Pedrazzoli. Publicado originalmente para BAE Negocios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.