Bicicleta financiera. Nunca Más

A 46 años del golpe cívico militar una breve reflexión sobre la historia económica de nuestro país de ayer, hoy y siempre… El sometimiento de los pueblos, la persecución de su gente y la masacre de los y las trabajadoras no es más que una búsqueda de doblegar económicamente y de quedarse con lo ajeno.

No todos los períodos se dieron de igual manera, algunos gobiernos privilegiaron la economía de las finanzas, y otros, como veremos más adelante, el desarrollo de la industria y la generación de empleo.

Los sucesos de acumulación de capital han ido variando a lo largo de la historia, los grandes empresarios se acomodan en función de las reglas de juego que proponen los gobiernos y también de acuerdo a la posibilidad de no cumplirlas. En aquellos procesos en los cuales los gobiernos comulgan con políticas de piedra libre para las ganancias en detrimento de las enormes mayorías, los límites diagramados se tornan más difusos.

La última dictadura cívico-militar a través del miedo, la tortura y el adoctrinamiento, impuso un proceso de valorización financiera.

¿Qué es un proceso de valorización financiera?

Por definición el dinero en sí no genera más riqueza, el crecimiento de la economía se da de la mano del trabajo, el progreso de la industria, la explotación de la tierra, entre otras. Cuando la plata genera más plata sin que haya inversión productiva, lo que se da es una reorientación de los recursos, una apropiación de lo que produce la economía real a través de la suba indiscriminada de las tasas de interés.

Para generar un campo que sea fértil para la acelerada suba de tasas, hay que propiciar un déficit crónico. De esa manera, los gobiernos con el pretexto de no financiar ese déficit a través de la emisión monetaria, tienen la excusa perfecta para que el Estado se convierta en un insaciable tomador de crédito. Para garantizar la viabilidad del plan, la tasa de interés real interna se tiene que posicionar muy por encima de la tasa de interés internacional.

Es el Estado el que se convierte en garante de las ganancias que se generan. En todos los gobiernos que siguieron proyectos de este tipo, las medidas vinieron acompañadas de desregulación del mercado, la entrada indiscriminada de capitales golondrinas y vía libre de escape – fuga de divisas.

Este fue el epicentro del plan económico del Ministro Martínez de Hoz. La reforma financiera llevada a cabo a poco tiempo de la irrupción de los militares en el gobierno sentenció que el Banco Central dejara de abastecer al Tesoro, esto sumado a la anulación de las retenciones, los aranceles a la importación, y el fin de ingresos como el impuesto a la herencia, hicieron que el Estado quedará desmantelado. El tablero era perfecto para arrancar el juego.

Para convencer que las altas tasas de interés se iban a sostener, al menos durante un tiempo, se instauró la famosa “tablita cambiaria” esta especie de calendario que decía exactamente cuál iba a ser el tipo de cambio día a día fue un seguro para que, aquellos que contaban con el dinero, pudieran especular con absoluta tranquilidad. Era el negocio perfecto.
En el mismo lapso, donde el eje se centró en una carrera sangrienta por la acumulación de capital, se fueron destruyendo los cimientos de una creciente industria.

La apertura de importaciones de bienes y servicios que se producían en nuestro país provocó la destrucción de comercios, fábricas y miles de puestos de trabajo. Entre 1974 y 1982 algunos datos indican que la pérdida de empleo en la industria alcanzó el 35%.

Muchos recordaran la famosa propaganda de la silla de industria nacional: fallida, rota, fea, inservible; del otro lado, la inmensidad de sillas “made in” que obnubilan los ojos del actor.
El mensaje era claro, había una búsqueda de instalar en el inconsciente colectivo que lo propio era malo y por tanto no valía la pena defenderlo.

Deuda y circo

Todo este circo fue posible gracias a la magnitud de la toma de deuda en dólares. Es sabido que Argentina tiene recurrentes crisis producto del déficit en la balanza de pagos. En algunos momentos la crisis es ocasionada por el crecimiento de la economía. Si, por el crecimiento de la economía.

El crecimiento de la industria, la generación de empleo y la suba de los salarios se ve acompañado por el alza en la demanda de importaciones y por tanto de dólares. Esto se debe a que la cadena de producción tiene muchos eslabones de insumos que no producimos, por lo cual, si crece la elaboración de bienes finales, hay que importar más de esos insumos.

Del otro lado, las exportaciones con características inelásticas, es decir, sin posibilidad ni en el corto ni en el mediano plazo de aumentar en la misma cuantía que las importaciones, quedan insuficientes para afrontar la mayor necesidad de divisas.

Lo recién explicado no fue el caso de “El Proceso”, cuando la crisis provocada por los propios militares producto del aumento de importaciones y la disminución de exportaciones, solamente podía ser sostenida a través de endeudamiento en dólares. De esa forma, retrasaban sistemáticamente el estallido que era inevitable y cada vez más inminente.

Entre 1976 y 1982 la deuda creció un 364%. Además de la toma de deuda con organismos internacionales y con acreedores privados, gran parte de ese porcentaje es explicado por la estatización de la deuda privada. Celulosa Argentina, Techint, Pérez Companc, Socma, fueron algunas de las beneficiarias de este “regalo” millonario.

La insostenibilidad del plan de saqueo generó que el último manotazo de ahogado fuera declarar la guerra por la recuperación de las Malvinas. Tiene sentido, después de 6 años de entreguismo y destrucción de la Patria, una causa nacionalista, por la cual las enormes mayorías se sintieran identificadas era el discurso perfecto para perpetuarse en el poder. El final de la historia lo conocemos.

El interregno entre el final de la última dictadura y principios de los 2000 tampoco fue un alivio para las familias argentinas.

Inflación

La inflación como protagonista del gobierno de Alfonsín y la pérdida de los ahorros, las casas y los sueños durante los 90’ aleccionaron una vez más a al pueblo argentino.

En 2003 asume un Presidente con nulo apoyo político, una ventana minúscula de la historia que le permitió a un hombre del Sur que con tan solo el 22% de los votos tomara las riendas del país.

“Vengo a pedir perdón en nombre del Estado Nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia (…) y hablemos claro, no es rencor ni odio lo que nos guía y me guía, es justicia y lucha contra la impunidad” Néstor Kirchner, 24 de marzo de 2004.

La historia cambió, comenzaron los juicios contra las juntas militares, el encarcelamiento a los genocidas en cárceles comunes, el fin a la obediencia debida y el punto final.

También cambió en lo económico. La reconstrucción fue una de las grandes guías: el crecimiento de la industria, la disminución del desempleo, la pobreza, la indigencia, entre otras cosas, fue para los ojos de muchos la devolución de la dignidad.
Así como lo fue el desendeudamiento que permitió recuperar la soberanía económica y política.

Hoy, la historia nos castiga y nos “regala” una licencia poética. Exactamente una semana antes del aniversario de la última dictadura, se votó en la cámara de Senadores una deuda impagable con el FMI, acreedor por excelencia en los procesos de valorización financiera. La bala de plata con la que cuentan todos los gobiernos cuando el agua les llega al cuello.

A través del terror es más fácil arrancar derechos, conquistas y sueños, pero el olvido o el ocultamiento de nuestra historia es un aliado muy preciado por algunos pocos y podría conducirnos a cometer los mismos errores.

En el día de la memoria al gran pueblo argentino, salud.

Por Laura Testa. Publicado originalmente para BAE Negocios.

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