Aclarando el panorama: la brecha salarial y los cuidados

En el marco del Día Internacional de la Igualdad Salarial, que se celebró el 16 de septiembre, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un documento acerca de la legislación sobre transparencia salarial y qué implicancias puede traer tanto para el sector empleador como para los trabajadores y las trabajadoras. Por el lado de la oferta laboral, la legislación sobre la transparencia salarial ofrece la oportunidad de identificar desvíos respecto de los competidores, mientras que para el sector trabajador puede proporcionar información para acceder a más y mejores derechos en la negociación paritaria.

Estas medidas de transparencia propuestas por la OIT abarcan un conjunto amplio de herramientas que incluyen la divulgación de las remuneraciones y auditorías acerca de las diferencias salariales entre hombres y mujeres y el derecho de los trabajadores y de las trabajadoras de acceder a dicha información.

En nuestro país, según el Boletín de Estadísticas Laborales del Ministerio de Trabajo, en el primer trimestre de 2022, una mujer que trabajó cuarenta horas semanales percibió una remuneración 8% menor respecto de un varón que trabaja las mismas horas. El problema se vuelve más grave si incorporamos a los subocupados y a las subocupadas, ya que las mujeres ganan un 26% menos que los varones. Estos guarismos tienen sentido ya que entre las subocupadas se encuentran estudiantes o mujeres que, dadas las características de la Organización Social del Cuidado (OSC), deciden trabajar menos de cuarenta horas semanales con un sueldo menor que el de un varón. Asimismo, las mujeres jóvenes son las que muestran mayores tasas de desocupación y menores tasas de actividad (13,9% y 41,7% para el segundo trimestre de 2022) y a la vez destinan 5,7 horas diarias a tareas de cuidado, mientras que los varones emplean solamente dos.

Es por razones como las mencionadas, la OIT propone programas para la igualdad de género que permitan asegurar la equidad de las remuneraciones ante las mismas tareas. Asimismo, es importante que se trabaje en políticas que amplíen las licencias remuneradas por cuidados y, fundamentalmente, que promuevan un reparto más equitativo de las responsabilidades familiares.

En esta línea, proyectos como Cuidar en Igualdad pueden contribuir a reducir la brecha salarial entre varones y mujeres, así como también promover una OSC más justa y con responsabilidades compartidas.

Además, la OIT menciona en su artículo que en Chile se está debatiendo un proyecto de ley que pretende establecer medidas de transparencia para reducir la brecha salarial entre varones y mujeres. El objetivo de la iniciativa es que las empresas con un plantel de más de 200 trabajadores publiquen un registro salarial desglosado por género dos veces por año. Esta información sería muy útil a la hora de establecer las negociaciones paritarias, pero a la vez podría ocurrir que las empresas estén reticentes a brindar esa información debido a que implicaría un aumento en los costos administrativos sin un beneficio directo para ellas.

En el informe, la OIT también releva las opiniones de los sindicatos y de las cámaras empresarias acerca de la transparencia salarial y sus implicancias. En ese relevamiento se puso de manifiesto la necesidad de realizar enfoques integrales, en los que mejorar la información sobre las remuneraciones es solo una parte, por lo que vuelve a tomar relevancia cómo decide organizar el cuidado cada sociedad, como por ejemplo si se amplía la licencia por paternidad o por adultos mayores a cargo (si bien algunos convenios ya tienen estos temas establecidos). También es necesario que en los institutos de formación profesional de los sindicatos se brinden cursos con perspectiva de género, en donde se debata el rol de la mujer como «cuidadora natural».

Un tema que queda pendiente en el trabajo de la OIT es la desigualdad existente entre los salarios de las mujeres, ya que el cuidado se organiza de manera muy distinta en un hogar cuando la mujer tiene ingresos altos y puede pagarle a otra mujer un servicio de cuidado que le permita continuar trabajando en el mercado.

Si bien las propuestas planteadas por la OIT sobre transparencia salarial son necesarias y sumamente útiles para reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres, a la hora de implementar políticas para achicarlas no se debe perder de vista la brecha existente en los trabajos de cuidado (definida en gran parte por la creencia social de que «las mujeres son buenas para cuidar»), por lo que trabajar sobre ello no depende simplemente de la voluntad del Estado sino que es un trabajo de la sociedad en su conjunto.

Por Noelia Torres. Publicado originalmente para BAE Negocios

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